En un seminario en el que participé, le pregunté a los asistentes cuál era la razón por la que se habían dedicado a la serigrafía? las respuestas fueron muy variadas, pero hubo una que predominó sobre las demás, y ésta fue: "Porqué queremos ganar dinero, hacer negocio con la serigrafía". Y sobre esta respuesta hice otra pregunta: ¿Cómo se logra hacerlo?, algunas respuestas fueron: Imprimiendo con calidad; usando equipos y materiales adecuados y de buena calidad; ofreciendo precios competitivos; costeando y presupuestando bien los trabajos a realizar; tener una buena estrategia de ventas; promover el negocio, etc.
Todas las respuestas me parecieron adecuadas; sin embargo, me sorprendió y preocupó que nadie haya respondido que lo lograrían al contar con personal calificado y bien capacitado en la técnica de la impresión serigráfica.
Es común, por desgracia, que no le demos a la capacitación el valor que tiene, y cuando queremos montar un negocio de serigrafía, lo primero que pensamos es: qué equipo comprar, qué tintas usar, qué mercado vamos a atacar, dónde lo vamos a poner, cuánto nos va a costar, etc.; en lugar de preguntarnos ¿Y qué tanto sé de serigrafía?, ¿estoy realmente preparado para poner este negocio?, ¿conozco la técnica y su aplicación?, ¿puedo conseguir personal capacitado?, etc.
Y es que resulta sorprendente la cantidad de negocios de serigrafía que fracasan y cierran sus puertas por no haberse hecho estas preguntas en un principio y por no preocuparse por aprender y capacitar a su personal.
La serigrafía es un sistema de impresión que requiere el uso de una alta tecnología y la correcta aplicación de las leyes físicas y químicas, es decir, es la ciencia aplicada a un proceso de reproducción gráfica y, como tal, requiere de un profundo conocimiento, adiestramiento y correcta aplicación de la técnica para obtener resultados de alta calidad y productividad en la impresión, que satisfagan por un lado las necesidades del cliente y por otro las expectativas económicas y de desarrollo del negocio.
Sin embargo, mucha gente piensa que imprimir en serigrafía es algo sencillo y que cualquiera lo puede hacer, y esto es cierto, si la persona que lo hace conoce bien el proceso y está bien capacitada en la técnica serigráfica y aún así, en ocasiones, si las variables del proceso tales como la tensión, la elección del tejido, las tintas, las emulsiones, las películas, los acondicionadores, los sustratos, la temperatura y la humedad relativa del medio ambiente del taller no están bien controladas, el obtener impresiones de calidad y trabajos rentables se vuelve difícil y complicado, aún para serigrafístas capaces y experimentados.
Pongamos un ejemplo: la elección del tejido o malla para el trabajo que vamos a imprimir:
Cada paso del proceso está compuesto de una gran variedad de elementos que interactúan entre sí, y cuyo comportamiento y reacción debemos saber controlar, manejar y aplicar para obtener un buen resultado; si no es así, las cosas saldrán mal y sólo habremos gastado tiempo, dinero y esfuerzo.
Un buen serigrafísta debe saber qué malla tiene que usar para poder soportar y grabar sobre ella, todos los valores del original a reproducir y debe considerar también el tipo de sustrato a imprimir y con base en esto determinar las características del tejido como son el número, diámetro y material de construcción de los hilos, así como el color, la tensión y la resistencia del tejido.
Como podemos observar, para la "simple" elección de un tejido serigráfico hay que considerar una serie de características cuyo comportamiento y manejo, nos permitirá lograr el objetivo deseado. Si no las conocemos y tampoco sabemos cuál será su función y reacción en relación a los otros elementos que intervienen directamente con él (como son las emulsiones, películas, tintas y raseros), entonces corremos el gran riesgo de elegir un tejido equivocado que sólo nos cause problemas y malos resultados en la impresión.
Este ejemplo nos ilustra claramente la importancia tan grande que tiene el contar con el conocimiento del proceso, y éste sólo se logra con la capacitación constante y adecuada.
¿Por qué entonces no nos capacitamos? Algunos piensan que es un desembolso que no pueden hacer, como si la capacitación fuera un gasto y no una inversión, como realmente lo es. Otros dicen que no tienen tiempo; no se ponen a pensar que si se capacitan serían más productivos y dispondrían de más tiempo para muchas otras cosas más; otros creen que ya lo saben todo, como si en serigrafía no tuviera uno que actualizarse constantemente; otros opinan que si capacitan a sus empleados se les van a ir o les van a pedir más sueldo. Sí se van, es porque no hemos sabido ser buenos empleadores y no sabemos tener contento y motivado a nuestro personal y si nos piden más sueldo y al mismo tiempo son más productivos y hacen mejor las cosas, ¿por qué entonces, no hablar con ellos de esta posibilidad y llegar a un acuerdo? Otros se quejan de que no hay dónde capacitarse bien.
Quiero decirles que actualmente se cuenta con información técnica a la mano, en sitios web como este de Artes Gráficas Comunigraf, en revistas especializadas, en libros, videos y cursos muy completos, que ofrecen algunas empresas especialistas del ramo, algunas son gratis y otras tienen un costo razonable, considerando lo que obtenemos a cambio. ¡Informensen! ¡Pregunten y encontrarán!
Gilberto A. Figueroa